Hacemos esta brevísima nota para dejar asentado que hicimos la obra en francés y en italiano. "Pero cómo, no iba a ser sin texto?" dirán. "Bueno, sí, pero se fue transformando y se lo agregamos" contestaremos. Diremos también que nunca salió tan correcta la obra como aquellas veces; claro, es que no podíamos improvisar ni un ápice.
Las funciones en francés las hicimos en Ginebra, en el parque donde está el monumento a la Reforma Protestante, a ver si el Señor nos cobijaba un poco. El público ameno, no efusivo. Lucas era el que se comunicaba mejor porque algo aprendió de francés en su colegio. Pero yo... me sabía las frases de memoria y no me pidan que cabecee. Los niños venían y me hablaban: "lashfdishe hñasfcn añsi nciuirë?" Y yo: "oui oui oui".
Las funciones en italiano las hicimos en una playa del oeste de Italia, a la altura de Florencia. Fueron un poco caóticas (las ramblas no son nuestras amigas), pero bueno... El italiano es un idioma con un canto más parecido al nuestro, las palabras se parecen bastante, fue más sencillo aprenderlo. Y más simpático. El francés todo de boquitu cerradu, y el italiano todo de bocaaa abiartaaa, con las manos juntas al centro, en gesto a lo Mariano Grondona, codos abiertos y moviendo las manos de arriba a abajo.
Y ahora qué? Estamos evaluando hacerla en japonés. Dicen que son la civilización del futuro...
Los Nietos trilingües.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario