SON VEINTINUEVE

…te llueve!

Me tocó cumplir los años fuera de mi casa. Quise invitarlos a todos a mi fiestita pero se me iba de las manos el presupuesto. Tuve regalitos igual: me llevaron de paseo a Manzanares el Real. Un pueblito de dos por dos pero con castillo, sierra y río. Tomá mate. Recibí lectura: un libro de mapas y rutas de España y Portugal (para ser buena copilota), y un libro de Baudeleire. Recibí llamaditos (gracias)!

Almorzamos al lado del río que, como había llovido tanto, estaba rebosante. Para mí, un placer. Mi amado hizo fideos con crema y tomate. Otro placer.

Y soplé la vela! Peque y Diego me compraron tortita. No faltó nada.

Había un poquito de tristeza en mi corazón. Me faltaban los abrazos de algunos. La dimensión de la distancia se extiende en una fecha así. Así que: viva internet! Me llegó el calorcito de allá. Gracias!

A la noche, cervecita, tortilla y aceitunas. Así fue el festejo de mi natalicio número vientinueve, cantante y sonante. Lo quise relatar para compartirlo con ustedes que están del otro lado de esta ventana. Agito mi pañuelito!

Apreten el pomo del dentífrico y lávense los dientes, que el dentista está caro!
Hasta la próxima narreta!

Mara.